Ciudad de la Mesta, como
bien demuestran sus afamados lechazos asados, Aranda del Duero ha sido una
ciudad próspera durante la alta Edad Media debido a su situación
geoestratégica. Un valle regado por el Duero y sus afluentes, la primera
estación de reposo tras atravesar los páramos de Castilla, palacios, villas
fortificadas, la “llave” a los reinos del Norte, centro comercial y lugar de
paso imprescindible.
Hemos de imaginar en las
plazas mayores de Aranda y pueblos vecinos el auge de los mercados, las ferias
de ganado, estos espacios fueron incluso cosos taurinos. Aún hoy cuenta con ese papel de centro de
intercambio ganadero y cerealístico, además de reunir en sus proximidades bodegas
con caldos excelentes provenientes de la
uva “tinta del país” que da lugar a los tempranillos de la zona, hoy en día la
denominación “Ribera del Duero”. Ya en época
romana se conocían las propiedades de la uva, como bien demuestra el Mosaico de
Baco de la villa de Baños de Valdearados. Las órdenes monásticas mucho tuvieron
que ver en su propagación y cultivo.
Por estas variadas razones
nos vamos a ver la zona una vez finalizadas las labores de siega y trillado del
cereal y recogida de la uva. Desde Aranda del Duero hasta Lerma, pasando por Covarrubias,
Santo Domingo de Silos y Peñaranda. Villas con un sabor indiscutible a la Edad
Media _ aquí se han localizado gran parte de los
escenarios de la serie de televisión "Isabel" – que bien deberían de promocionar las
concejalías y Ayuntamientos que atesoran tales riquezas culturales,
gastronómicas e históricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario