El claustro de Santo Domingo de Silos arranca en
pleno siglo XI con el primer maestro de Silos, un escultor románico temprano
que se cree provenía de Al Andalus. Realizó las alas norte y este del claustro con
varios discípulos, entonces era habitual que los artista viajaran con su taller a cuestas. A diferencia del segundo maestro, las tallas son más planas, y algo más hieráticas, el burel
finísimo, casi de orfebre, con gran influencia de las artes bizantinas y de los
libros miniados. Los animales gemelares enfrentados y algunos tipos de plantas son completamente
orientalizantes. De hecho se cree que estos bestiarios provienen de las representaciones
del Apocalipsis de San Juan, formatos iconográficos muy en boga en aquellos
momentos. En las escenas Bíblicas logra comprimir varias escenas en un solo bulto,
como si fuera un comic - !del Románico!.
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Animales alados con garras. Al fondo, capitel de malla trepanado. |
En todo el claustro los capiteles
son dobles (algunos cuádruples), bajo un cimacio común, pero los fustes de las
columnas están algo más separadas en los del primer maestro.
La segunda fase del claustro se
desarrolló en el s.XII - las galerías
sur y oeste. Las figuras del segundo maestro son más realistas y de mayor
volumen, en ellos desarrolla un plantel de animales, vegetales, seres
fantásticos y escenas con una gran maestría e imaginación.
El bestiario
fabuloso de Silos:
Algunos animales tienen una
interpretación benigna (aves, cigüeñas, leones), pero gran parte son grotescos
y su función es poner de relieve la fragilidad humana y la insidiosa fuerza del
mal. Hay seres que son mitad humano mitad animal, o que están gravemente
enredados entre las patas (aves y ciervos, el alma), escenificando la
posibilidad de ser malo y bueno a un mismo tiempo que caracteriza al ser
humano. Como dice Ginio, “Posiblemente simbolizan el aspecto contradictorio del
hombre, capaz tanto de elevarse hacia lo espiritual (del mismo modo en que las
aves pueden remontar hacia las alturas, cerca de Dios) como de dejarse atrapar
por el pecado (simbolizado por los tallos que aprisionan sus cuerpos).”
Otros, como los grifos y dragones,
tienen la doble labor de asustar y guardar al hombre del pecado a la vez que le
previenen de entrar en un sitio sagrado.
Las Arpías, esos seres
legendarios y repelentes con cabeza de
mujer, y resto de aves de rapiña, están relacionadas no solo con la maldad sino
con la capacidad de llevarse las almas entre las garras: se creía que vigilaban
las puertas de los infiernos.
De nuevo, Gila dice que “ se
puede observar como un pavo (signo del espíritu) las muerde debajo de la boca,
en tanto que las arpías tienen a sus pies leoncillos humillados (posiblemente
simbolizando a los humanos caídos en el pecado). “
Además en los pilares esquinados hay
8 relieves con escenas del Nuevo Testamento. Todos, menos dos, son del primer
maestro y su taller.
El primer maestro realiza separaciones
geométricas de cada escena y las comprime en un solo relieve. Tienen mucho que
contar en tan poco espacio y lo resuelve de esta forma ingeniosa. Un brazo del
Cristo o una lápida sirven de separación laminar.
La ascensión y el Pentecostés
El sepulcro y el descendimiento
Los discípulos de Emaús y la duda
de Santo Tomás
El segundo maestro realiza:
La anunciación a María y El árbol de Jessé
Bien distinto es el lenguaje al
que nos lleva el aljarfe mudéjar del claustro. Lleno de vida , sí, pero con
una didáctica casi de baile, a juzgar por cómo se representan temas galantes y
de cacería, y cómo se mueven los osos, las cabras, los gatos y los ratones (que
se cargan al gato): serán los
benedictinos (de hábito negro) y los cistercienses (blanco)… referencias a la política y las distintas órdenes monásticas. Porque en esa época, !qué bien que hablábamos en latín y que sólo nos entendíamos entre nosotros" (dice hoy un cargo eclesiástico).
Muchas de las
escenas se creen inspiradas en “El Libro de los gatos”, en el “Román de Renart”
y en las “Fábulas de Esopo”. Su
cromática, predominantemente roja bermellón, azul cobalto y blanco miniado, es impactante, fueron restauradas recientemente. Pero ¡Recomendamos llevar
prismáticos!